(Estudio de caso presentado en la Conferencia de Las Américas sobre Responsabilidad Social de la Empresa, realizada entre el 22 y 24 de setiembre del 2002, en Miami, EE.UU*.Esta es una versión simplificada del documento presentado.)
Resumen
Este estudio de caso examina los acuerdos de alianza multisectorial desarrollados para mejorar los servicios de salud en las cercanías de la mina aurífera de Las Cristinas en el Estado Bolivar de Venezuela.(Fueron patrocinadores del Proyecto Placer Dome/CVG-MINCA)
En un clima de inversión altamente incierto y con las circunstancias socioeconómicas potencialmente hostiles, la alianza entre la compañía minera, comunidades locales, agencias gubernamentales y una ONG internacional de salud, palanquearon colectivamente casi $2.5 millones para construir y operar un centro de salud comunitario completamente equipado.
Más allá del acceso mejorado a servicios esenciales de salud para 12,000 personas, los beneficios de la alianza para las comunidades incluyen: canales más apropiados para la negociación con el gobierno; la reducción de las tensiones entre las comunidades criollas e indígenas ; y una nueva institución de la comunidad regional, registrada y capaz de atraer su propio financiamiento. Desde la perspectiva de la empresa, la alianza contribuyó al mantenimiento rentable de su licencia social para operar en un momento de retrasos del proyecto y de bajas reservas de efectivo, así como la reducción de futuros costos y riesgos a su reputación por la sobre-dependencia de la comunidad hacia la compañía en caso que Placer Dome se retire de la empresa (lo que finalmente ocurrió).
El contexto social
En los años 90, la región rural de Las Claritas-con aproximadamente 12,000 habitantes-se caracterizó por un marco regulador contrdictorio para la minería artesanal (la industria dominante local) y una creciente tensión social entre los grupos de la comunidad y los inversionistas mineros. Muchos miembros de la comunidad consideraron que estaban siendo marginados por el apoyo del estado a la minería de gran escala. Este resentimiento fue compensado por la expectativa de que la futura mina de oro de Las Cristinas traería empleos bien pagados y seguros y una mejora global en la infraestructura social del área. Luego de una caída en los precios del oro y la decisión de MINCA de suspender las operaciones en 1999, las frustaciones locales volvieron, aumentando el riesgo de invasiones del área de la concesión por parte de los mineros artesanales locales. Por otra parte, el contexto social de la salud en esos momentos era crítico. Dos doctores y cuatro enfermeras trabajaban en tres unidades públicas de cuidado de salud, sirviendo a la población local. Trabajaban con botiquines médicos básicos y con equipamiento anticuado. Ninguna de las tres clínicas de salud en el área contaba con instalaciones para análisis de laboratorio, radiografías, cirugías mayores o casos complicados. Los servicios médicos ambulantes para las comunidades indígenas estaban limitados a un doctor privado y un voluntario que trabajaba con la iglesia católica.
El resultado general era un bajo nivel del servicio de salud que, combinado con los bajos ingresos, la mala nutrición, la baja calidad del agua y el predominio de malaria y otros parásitos y enfermedades transmitidas por el agua, hizo poco para reducir los problemas de salud que eran muy extendidos.
El contexto empresarial
En 1991, Placer Dome Venezuela participó con un 70% de las acciones en Minera Las Cristinas, CA (MINCA) para explotar los depósitos auríferos de Las Cristinas en el Estado de Bolívar. Desde el inicio, los problemas sociales jugaron un papel crucial en la participación de MINCA en el área con respecto al mantenimiento de su licencia formal de operaciones de los reguladores estatales.El problema de los mineros de pequeña escala-artesanales-fue de particular importancia ya que estaban operando durante mucho tiempo en el área de la concesión y fueron desplazados por la concesión minera. En un contexto de amplio desempleo y de altas expectativas de nuevos empleos y desarrollo de infraestructura, como resultado de la minería de gran escala, la volatilidad de las circunstancias sociales y políticas locales fue agravada aún más por la permanente postergación de la fecha de inicio de operaciones de la mina, que culminó con la decisión de Placer Dome de suspender las actividades a mediados de 1999, debido al bajo precio del oro y la eventual venta de su participación accionaria en MINCA en agosto 2001.
Para principios del 2000, además de su acuerdo con los mineros artesanales, el principal esfuerzo de desarrollo comunitario de MINCA se dirigió hacia una nueva alianza de servicios de salud. La propuesta inicial con respecto a la provisión de salud, (antes de la llegada de Business Partners for Development) era expandir las instalaciones de salud de la compañía dentro de la planta de la concesión para servir las necesidades de los futuros trabajadores y sus familias. A medida que surgían los resultados de las subsecuentes actividades de planificación comunitaria participativa, MINCA modificó esta propuesta y empezó a considerar la posibilidad de invertir en una instalación de salud fuera de la planta minera que no sólo serviría a sus propios obreros, sino también a la comunidad en general.
El compromiso de Placer Dome de una inversión comunitaria continuada, a pesar de la decisión de suspender operaciones debido a los bajos precios del oro, junto con la incertidumbre del futuro del proyecto y la consiguiente limitación de recursos financieros para la inversión social, actuaron como incentivos para que la compañía deseara explorar el modelo de alianza tri-sectorial del BPD. Más aún, MINCA reconoció que, sin importar si continuaban con el proyecto, tanto las comunidades como las agencias gubernamentales locales necesitaban estar involucradas directamente en cualquier programa de inversión social para asegurar la relevancia local y la sostenibilidad a largo plazo de las intervenciones de desarrollo.
El proceso de alianza
Los procesos de exploración y consulta en el proceso de alianza fueron iniciadas por MINCA en 1999. Esta iniciativa llevó rápidamente a centrarse en el cuidado de la salud como el "tema" de inversión social que mejor se prestaba para ser implementado a través de un modelo de alianza trisectorial. Se contactaron a los socios interesados , incluyendo la ONG HMRF con base en EE.UU. , a agencias de salud gubernamentales a nivel nacional, regional y local, y a líderes de la comunidad. El proceso de construcción de acuerdos y asignación de roles entre los socios se inició en marzo del 2000 con una serie de talleres. Estos proporcionaron la capacitación a los socios en habilidades de construcción de consenso, y desembocaron en una visión y un conjunto de actividades comunes que fueron explicitadas en un Memorándum de Entendimiento (MdE). El MdE fue firmado por los socios el 26 de marzo del 2000.
En el documento, 18 grupos diferentes de involucrados se comprometieron a aportar habilidades o recursos para construir un centro de salud comunitario, expandir el suministro de agua potable y proporcionar capacitación en salud. Después de dos meses y medio de la firma del MdE, se había avanzado el 70% de la fase de construcción del centro de salud. Mientras que la instalación de equipamiento y la capacitación en habilidades administrativas continuaban, el centro de salud se inauguró formalmente en febrero del 2001. Como parte de estas ceremonias los socios negociaron un segundo MdE para habilitar la transición de la fase de contrucción a la fase del funcionamiento del centro a tiempo completo.
Conclusiones
La alianza de salud Las Cristinas jugó un papel crucial en el apalancamiento de la inversión para la provisión de servicio de salud en la región (un total de casi $2.5 millones), proveniente, gran parte, de las agencias gubernamentales y HMRF. Para MINCA, la alianza también ayudó a evitar la potencial "trampa" de una escalada en la dependencia de la empresa por parte de la comunidad para el desarrollo local en un momento de incertidumbre sobre la viabilidad del proyecto minero.
El principio de "recursos compartidos" que apuntala el concepto de alianza, requirió la participación sincera de las comunidades locales y, en consecuencia, logró mucho de los beneficios asociados con el desarrollo participativo, innovador y automotivado, a saber: implementación del proyecto sensible al contexto local; construcción de habilidades y capacidad en términos de una mejor negociación con la compañía y las agencias del gobierno; y una capacidad para financiar y administrar el centro de salud en el futuro.
*El estudio completo del caso está disponible en: http//:www.bpd-naturalresources.org/html/focus
(Caso presentado en la Conferencia de Las Américas sobre Responsabilidad Social de la Empresa, realizada entre el 22 y 24 de setiembre del 2002, en Miami, EE.UU. El texto está tomado del díptico de la unidad de comunicación de la empresa minera)
Introducción
La idea de un Parque Industrial es, en realidad, el legado que la Empresa Minera Inti Raymi S.A. desea dejar a las comunidades de su radio de acción, como una de las muestras de responsabilidad social de la empresa.
El futuro Parque Industrial estará a una distancia de 48 k.m. de la ciudad de Oruro y a 110 k.m. de Toledo. El camino es transitable todo el año. Hay también acceso desde Chile.
Ventajas Competitivas
"Plug & Play": El Paque Industrial tendrá una producción de bajo costo, neta de depreciaciones. Como oportunidad es única en Bolivia, ya que genera condiciones de competitividad. Ello permite que el inversor que se interese en esta obra, llegará a ella con su "enchufe en mano" a 6,500 has. de predios ideales para el plan industrial. Esta idea es, en realidad, un modo cierto de generar industria "de la nada" y extender la zona franca de Oruro. Dicho de otro modo, es un excelente impulso para la Ley Oruro.
El Desarrollo Sostenible, desde la Comisión Brundtland, significa satisfacer las necesidades vitales presentes sin comprometer las necesidades vitales de las futuras generaciones. En tanto al concepto, el inversor y las comunidades aledañas a los predios del futuro Parque Industrial de Oruro, podrán comprobar los beneficios de una actividad industrial responsable, que no genere depreciación ni contaminación y que se materialice en utilidades para el primero, así comouna efectiva mejora en la calidad de vida para las segundas.
Para el inversor, la idea comporta contar con mano de obra regional altamente calificada. Por último, un Parque Industrial inyectará también un fuerte impulso a las actividades de turismo y hotelería. Empero, se debe dejar clara la mayor ventaja de todas: el inversor únicamente tendrá que Plug and Play, es decir, llegar y "enchufarse" a su actividad lista y disponible, a través de las optimas facilidades con nque cuenta el futuro Parque Industrial.
Ventajas Comparativas
El futuro Paque Industrial tendrá 6,500 has. de terreno con construcciones; infraestructura; Aeropuerto y Torre de Control; Galpones Industriales, Líneas telefónicas, televisión por cable; facsímil, Internet, línea eléctrica y su estación de 115 KVA; Planta de tratamiento de agua potable; auditorios con capacidad para 150 personas; sistema de audio y proyección de imágenes; 160 habitaciones amobladas, provistas de servicios de luz, agua e higiene, además de un área de trabajo, refuerzan el concepto de habitabilidad del área; Centro de Salud en Villa Chuquiña; áreas de recreación y esparcimiento; infraestructura deportiva; piscina techada y temperada; cancha de básquetbol; gimnasio; club Inti Taymi; comedores y cocinas; área de jardines.